¡Hola, hola! Hoy quise poner sobre la mesa un tema que causa gran curiosidad, miedo e incluso ansiedad en muchos: emprender. ¿Por qué hablar de emprendimiento en un blog de joyas? Bueno, me gusta pensar que más allá de ser un ‘negocio lindo de joyas’ puedas conocer y entender a la persona que está detrás o sea, a mí, Nathalia.

Quiero que seamos una comunidad donde todas y todos compartamos sobre joyas, pero también sobre la vida. Hoy hablaré sobre el emprendimiento, un poco de mi historia, lo lindo y lo feo. Y cinco consejos que hubiera querido recibir.

¿Un emprendedor nace o se hace?

Definitivamente, creo que un emprendedor se hace, todos tenemos la posibilidad de desarrollar habilidades que nos permiten ser empresarios, muchos tienen talentos innatos y otros requieren de un poco más de preparación y práctica, pero todo es cuestión de arriesgarnos e ir aprendiendo.

Por ejemplo, yo crecí en una familia empresaria, no obstante, no fue hasta que tuve mi primer negocio que pude empezar a desarrollar mis habilidades comerciales, administrativas, de logística y creativas. ¿El ejemplo ayuda? Claro que sí, pero no es un condicional porque si de tener un negocio propio se trata es a partir de la experiencia personal que se aprende.

El primer negocio que tuve fue en la universidad, con una de mis mejores amigas del colegio, en esa época no vendían en Colombia marcas de maquillaje americanas (como Revlon, Maybelline, Cover Girl) y nosotras empezamos a comercializarlas, ahí fue que aprendimos desde lo más sencillo como hacer un envío nacional hasta lo más complejo como vender al por mayor. Definitivamente, sin esa experiencia no sería quien soy hoy porque me permitió romper muchas creencias que tenía sobre mí y los negocios.

Participamos en varias ferias de emprendimiento de la universidad y no les voy a mentir, al principio fue muy difícil para mí lograr conectar con las personas ¿por qué? Porque yo pensaba que solo era cuestión de montar un stand y que las personas llegarían y listo ¡qué equivocada estaba!. Afortunadamente, logré mejorar en muchos aspectos, aprender de mis errores y eventualmente vendimos el negocio (así es, nada es para siempre).

Pasaron varios años hasta que decidí volver al mundo del emprendimiento, esta vez llegaba una Nathalia mucho más segura de sí misma y con un conocimiento mucho mayor sobre los negocios ¿estaba mucho más preparada? Si ¿fue esto suficiente? Obviamente no.

Y es que honestamente, siento que tener un negocio propio es estar en constante terapia ¿por qué? A diario nos enfrentamos con nuestros miedos, expectativas y emociones. Si no aprendemos a dejar nuestro ego a un lado y a controlar nuestra reacción ante los diferentes escenarios primero, no vamos a ser felices, segundo, no vamos a mejorar en absolutamente nada.

Lo feo

¿Por qué lo feo? Primero, no me gusta pensar en lo ‘malo’ según mis creencias las cosas no son malas ni buenas son cosas/circunstancias/momentos neutros y de nosotros depende cómo calificarlas, todo absolutamente T O D O lo que nos pasa en nuestra vida nos enseña algo y es nuestro deber hacernos cargo de esa enseñanza. Podemos pasar la vida haciéndonos las víctimas o nos secamos las lágrimas, nos empoderamos y seguimos adelante.

‘Ay como si fuera tan fácil’ Yo sé que no lo es, y por eso me gusta llamarlo lo feo. Porque vernos en el espejo, hacernos cargo y enfrentar nuestra oscuridad definitivamanete no es un proceso lindo, duele (duele muchísimo), da rabia, frustra pero al final es demasiado liberador.

Emprender o cualquier escenario de la vida es un constante enfrentamiento con nuestros miedos al rechazo, al fracaso, al ‘que van a pensar’, ‘que van a decir’ y entonces ¿qué hacemos? ¿Nos dejamos llenar de esos miedos y no terminamos haciendo lo que amamos? ¿Formamos una coraza tan grande que nunca vamos a conectar con las personas que llegan a nosotros? ¿O le vamos a echar la culpa a los demás de lo que nos pasa?

Yo ya hice todas las anteriores y de primera mano puedo asegurarte que no vas a llegar a ningún lado. Me gusta pensar que ‘lo feo’ es aprender a callar las voces que habitan en nuestra mente y nos juegan malos ratos. No atribuiría ‘lo feo’ a nada externo, si no más bien a enfrentarnos a nosotros mismos. ¿Es fácil? No ¿He llorado? Un montón ¿Estoy en un mejor lugar ahora que antes? Sin duda alguna.

Antes me presionaba demasiado, era muy dura conmigo misma y si no vendía sentía que era el fin del mundo. Ahora, me disfruto cada proceso, entendí que las ventas no me definen como empresaria ni como persona, entendí que en la vida y los negocios todo pasa, y si, no todo lo ‘malo’ es para siempre ni todo lo ‘bueno’. Por eso debemos disfrutar cada logro, aprender de cada dificultad porque eventualmente pasará, se transformará.

Lo lindo

Muchísimas cosas, y puedo prometerte que lo lindo siempre será mayor a lo feo, rescataré mis tres momentos favoritos. Primero, mirar atrás y ver que te estás convirtiendo en la persona en la que tanto has trabajado. Es muy gratificante poder ver los resultados del esfuerzo, de las trasnochadas, lloradas y alegrías -valoren sus esfuerzos y logros, no hay logro pequeño-.

Segundo, conectar con las personas, desde conectar con los clientes, proveedores, colaboradores y personas que están ahí presentes viendo cada post, leyendo cada blog, eso es muy lindo. Que cuando hacemos las dinámicas contando las historias de las famosas y sus joyas, estoy segura que se ríen de las ‘bobadas’ que pongo y aún así las personas participen, me parece tan increíble y no me cambio por absolutamente nadie en el mundo entero.

Finalmente, materializar tus sueños haciendo lo que amas, de verdad yo nunca pensé que esto fuera posible, por mucho tiempo pensé que la joyería iba a ser un hobby y que eventualmente iba a volver a un trabajo ‘normal’ porque los pequeños monstruos en mi cabeza decían ‘quién te va a comprar, eso no es un trabajo de verdad’. El día que decidí callar mis miedos y empecé a creerme el cuento, me encontré con un mundo lleno de oportunidades en lugar de mundo lleno de trampas.

5 Consejos que hubiera querido recibir al iniciar mi vida empresarial

1. Créete el cuento: muchas veces nos sentimos ‘pequeños’ o pensamos que es una bobada nuestro emprendimiento y no. Creerse el cuento es vital, cree en ti, en tus capacidades y sin importar lo que digan mírate a ti mismo como un empresario.

2. Los números no te definen: no vender un mes o vender 100 millones no te definen como persona ni como empresario, tu valor no está ahí.

3. La competencia es contigo: evita compararte, cada quién tiene su propia historia y su propio camino. Enfócate en lo que tú estás haciendo y cómo puedes ser cada día mejor.

4. Sé auténtico: literalmente ser uno mismo siempre será la mayor ventaja ¿por qué? Porque mil personas pueden vender un mismo producto, pero sólo tú tienes tu manera.

5. Celebra cada logro: no hay logros pequeños, vivimos en una sociedad donde nos enseñan que solo se celebran los grandes acontecimientos y no. Todo cuenta, además eso te conectará con la energía de la gratitud.

Espero que este blog post te haya gustado, es un poco diferente a lo que normalmente publico, pero lo diferente también está bien.

Con mucho cariño,

Nathalia